Haciendo gala de lo que me gustan las listas, continuo con las 5 cosas
que más echo de menos desde que nació #Gusanito. Ser mama me ha traído muchas
cosas buenas y muchas, muchísimas alegrías, aun así hay cosas que echo en falta.
A ver soy consciente de que nuestras circunstancias y nuestra forma de
ser cambia. Cuando tenía 18 años me encantaba hacer botellón en la plaza durante
horas, ahora el solo hecho de pensar en pasar tiempo, de pie, en la calle,
pasando frio y adorando en círculo unas bolsas de Carrefour llenas de alcohol
me da grima. No espero que mi vida sea como cuando tenía 18 años y no echo de
menos todo lo que hacía entonces.
Lo que si echo en falta son pequeños detalles, cotidianos, antes de
nacer #Gusanito
1 - Levantarme tarde los domingos, vaguear en la
cama con #miMedioMandarino y desayunar en pijama a las tantas sin tener nada
que hacer.
2 - Pasarme
una tarde entera leyendo un buen libro con una taza de café calentito.
3 - Ir al cine o en su defecto ver una peli
tranquilos en el sofá (está, me han asegurado que podré volver a hacerla cuando
deje de ser una madre histérica y no me dé tanto cargo de conciencia separarme
de #Gusanito).
4 - Ensimismarme en mis enredos, volver a hacer
repostería, manualidades… vamos lo que se dice “tener algo de tiempo libre”.
5 - Poder salir de casa sin que parezca que vamos de
mudanza. Me encanta viajar, pero últimamente me da una pereza tremenda el solo
hecho de salir a la vuelta de la esquina. Y os juro que hemos intentado rebajar
la cantidad de trastos que apenas usamos, pero siempre que prescindimos de algo
después lo echamos en falta…
Es el precio que tiene ser la mama de un pequeño trasto, que me hace la
persona más feliz del mundo. Y ojo que no cambio una sola sonrisa de #Gusanito
por nada.
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