En la vida tendemos a buscar grupos de apoyo, gente que está en tu misma situación, que sabe cómo te sientes. Y eso tiene un porqué muy sencillo.
Lo que sientes al ‘empatizar’ con alguien es tu propio dolor. Puedes imaginar, que es lo que está sintiendo, pero lo que tu sientes es tu propio dolor.
Te voy a poner un ejemplo personal. Esta mañana escuchando el podcast de saludesfera, hablaban de las enfermedades raras, he empatizado, he llorado y de repente he sentido mucho dolor. Ha habido un momento en el que he pasado de la empatía a la simpatía y me he perdido en mi propio dolor. Porque poniéndonos en el escenario más idílico posible, si mi hija estuviera viva, yo estaría en la situación de muchos de esos padres, esperando diagnósticos, esperando ayuda, esperando su muerte. ¿Les he comprendido? Si, ¿He empatizado con ellos? Sí. Pero lo que sentía era mi dolor no el suyo.
Un ejemplo más sencillo, a ver si consigo explicarme. Pon que bailando nos caemos, te tuerces un dedo y yo me rompo el coxis. A ti te va a doler el dedo, y lo que vas a sentir al pensar en nuestro "pequeño accidente" es el dolor de tu dedo. ¿Qué duele más? No importa, porque el dolor no es comparable y a ti lo que te duele es tu dedo.
Esta mañana también he caído en el error de pensar, al menos la tendría conmigo. ¿Qué dolor creéis que es más fuerte, que es peor? Enterrar a un hijo, o verle sufrir cada día. Las que hemos sufrido un duelo perinatal, tenderemos a decir, al menos ellos los pueden abrazar, los sienten, los cuidan, los tienen. El otro bando te dirá y no sin razón, que no hay mayor dolor en el mundo que ver sufrir de esa manera a tu hijo, y no poder hacer nada.
Por eso es inútil comparar duelos, porque ningún dolor es comparable a otro. Pensemos en una madre, que no es capaz de concebir un hijo de forma natural, puede llegar a sentir cada regla como una perdida, y vivir el duelo de su hijo no concebido. ¿Es menos el dolor de esa madre que el de otra que si lo concibió y lo perdió en el primer trimestre? Y vallamos un paso más lejos, es menor el dolor de esas madres, que el de la que lo perdió al final del embarazo?, o el de la que lo abrazó, lo escucho llorar, y lo vio irse al poco tiempo. El dolor no se puede comparar, porque solo sentimos nuestro dolor.
El problema es que el dolor se suele acrecentar con la culpa. Si no hubiera contraído esa enfermedad, si hubiera tenido mas cuidado, si, si, si.... Y al dejarnos llevar por todo ese cúmulo de sentimientos, pretendemos comparar y nos convertimos en victimistas, en gente toxica. Perdemos el respeto por la persona que tenemos al lado.“Tú no eres madre, porque no sabes lo que es el dolor del parto” “No eres una madre de verdad porque no sabes lo que es el sacrificio de dar el pecho”… ¿Os suena verdad?
Esto no es más que un pensamiento, un desvarío que ha surgido de mi duelo no transitado, pero este es otro tema y de culpas y duelos ya hablaremos otro día.
Creo que los has explicado perfectamente y está muy bien hilado con los comentarios de gente tóxica del final. Un fuerte abrazo, que aunque sea virtual, siempre hace más llevaderos los dolores.
ResponderEliminarLo primero de todo, escribes precioso y creo que te has explicado perfectamente. Desde que soy madre, tengo muy claro que no puede ser más cierta la cita "No lo sabes hasta que lo vives".
ResponderEliminarCreo que tienes mucha razón, así como Mamá Neurótica, que puedes empatizar al máximo con alguien, pero jamás conoceras su dolor si no has pasado por algo igual o mínimamente similar.
Gran post!
Que bonito. Comparar menos y dejar al otro sentir, sin más. Un beso fuerte!
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