Cuando la tripa empezó a notarse, la llamaba, la acariciaba, le hablaba, "Emma sal!", apoyaba su cabeza en mi tripa hasta que su hermanita le daba pataditas y me decía emocionado "Mama Emma quiere jugar!" y mamá moría de amor. La notaba saltar cuando escuchaba la voz de su hermano, igual que en su día #Gusanito lo hizo con la de #MiMedioMandarino. Cuando fuimos a la eco 4D y la vio en la pantalla, gritaba emocionado "¡Es Emma, sal, estamos aquí!"
Cambiamos la habitación, compramos una camita, pues la cuna iba a tener nueva dueña. Montamos dos armarios, uno azul y uno rosa, adaptamos todo para que hubiera dos espacios definidos en la misma habitación y cada uno tuviera el suyo. #Gusanito sabia lo que era suyo y lo que iba a ser de su hermanita.
El día que supimos lo que tendríamos que hacer y lo que iba a pasar, se nos vino el mundo encima. Pero y ahora como se lo decíamos a #Gusanito, apenas tenía dos años pero el también la esperaba... volvimos a hablar con la psicóloga, que ha sido un gran apoyo en este duro trance. Y nos dijo lo que no queríamos oír, los niños también pasan su duelo.
Nos dio unas pequeñas pautas, como que tuviéramos cuidado con decir que Emma estaba malita, porque el también se pone malo, y le podía causar angustia o confusión, mejor algo sencillo como que había dejado de respirar, porque el respira y es consciente de ello. Teníamos que contárselo cuando estuviéramos preparados, juntos, y de forma clara pero cariñosa. Que no era malo que nos viera tristes o llorar, pero que le explicáramos siempre porque, para que no pudiera pensar que el había hecho algo malo. Pero sobre todo, que fuéramos sinceros con el... entre otras muchas cosas.
Ya os he comentado alguna vez que mis recuerdos del hospital son un poco confusos, pero recuerdo perfectamente la cara de miedo cuando me vio temblar en la cama del hospital y el abrazo que me dio.
Cuando regresamos a casa había mucha gente, mucho jaleo para que el se diera cuenta, pero me tocaba la tripa, la llamaba, y como no la sentía me decía "Mamá Emma no esta" y yo solo lloraba.
Una tarde que nos quedamos solos en casa, nos sentamos abrazándole en el sofá y se lo dijimos. "Cariño, Emma no va a venir, estaba malita y dejó de respirar". El nos miraba como si la cosa no fuera con el. Sacamos un juguete que habíamos comprado para que se lo trajera su hermana del hospital y se lo dimos. "Cariño Emma no va a venir, pero te quería muchísimo y dejó esto para ti antes de irse". Abrió el regalo y se puso a jugar sin mas. Al principio pensábamos que no había entendido nada.
A la tarde siguiente, me toco la tripa y me dijo "Emma no esta, no va a venir mama". Después de eso, tuvimos que repetírselo en muchas ocasiones, "Cariño Emma no va a venir, dejó de respirar, ¿recuerdas?"
Notamos enseguida que estaba mucho más mimoso, #Gusanito siempre ha sido muy independiente, pero empezó a demandar mucha más atención. Quería tenernos siempre a la vista y todos juntos. Empezó con el "cole no" me temo que porque no quería que me separará de él. Tres meses y medio después esta etapa empieza a normalizarse.
Recogimos todas las cosas de Emma con el, guardamos los vestidos, los peluches, los chupetes... #Gusanito cogió un pequeño búho rosa que habíamos comprado para la niña y se lo quedó, lo llama bubu y duerme con el en la cama, no nos hemos atrevido a quitárselo y cuando le preguntas dice que es el bubu de Emma y que ella se lo dio.
Con sus dos añitos recientes, un día me cogió de la mano y me pidió que le leyera el "Monstruo de los colores", ese libro no era de sus preferidos y no lo pedía nunca, me senté con el y empezamos a leerlo. Cuando llegamos al azul (triste) me cogió la cara y me la giró para que le mirara, me dijo "Aquí mama, pero yo cuido para que no llore." y me abrazó. En ese momento apenas podía aguantar las lagrimas.
Intento no llorar demasiado delante de él, no estar todo el tiempo triste, no lo merece, el también necesita a su mama, pero reconozco que mas de una vez me he encerrado en el baño a llorar desesperada, cuando sigue nombrándola, cuando dice "El armario de Emma", cuando la busca. Una vez fuimos a faunia con su "masmejomiga" y sus padres, cuando estábamos viendo los canguros, la mama llevaba a la cría en la bolsa, me levanto la camiseta y me dijo "Emma sal, Emma no está, la perdiste".
Una tarde jugaba en su habitación, estaba con el maletín de los médicos, haciéndole el reconocimiento a los peluches y le escuché, "Mira Emma, vamos a mirar los oídos, si Mickey está bueno" y así se tiró un rato, mientras yo lloraba al otro lado de la puerta. Por suerte su "amiga invisible" no nos acompañó demasiado tiempo, pero fue difícil y doloroso.
Han pasado casi tres meses y medio, y aun la nombra de vez en cuando, cada vez que ve el enorme armario rosa en mitad de su cuarto me dice "el armario de Emma, mama". Creo que por suerte, #Gusanito ha canalizado bastante bien su duelo, y no ha sido fácil la verdad. Pero hemos tenido muchísimo apoyo y ayuda de la guardería y les estamos realmente agradecidos.
Siempre que te leo lloro, lloro por la impotencia y por el no saber cómo reaccionar a una noticia así.
ResponderEliminarTuvo que ser muy duro tener que contarle a #Gusanito que su hermanita no iba a venir.
Muchos, muchos ánimos. De corazón.
Los niños son unas grandes-pequeñas personas que saben bien lo que pasa y es mejor ser sinceros con ellos, contarles lo que pasa y ayudarles a gestionar ese momento. Muy bien hecho, tanto por vosotros como por la psicóloga.
MUAS!
Gracias, Mami Reciente Cuenta. La verdad es que esto es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo... Si no fuera por el apoyo y la ayuda que hemos y estamos recibiendo, no se como podríamos salir adelante :(
EliminarLo habéis hecho todo de una forma increíble. un beso enorme
ResponderEliminarGracias, sin tu ayuda no habríamos podido...
Eliminarhola! muchas veces Dios, nos envia pruebas muy díficiles, eres fuerte y tu hijo lo sabe... mucha fuerza para ti! un abrazo
ResponderEliminarGracias Luisa.
Eliminar